El caso es que en ese boliche de Sayago se perpetró una masacre a los sentimientos. Lo ví con mis propios ojos y lo escuché también al encontrarme en la mesa contigüa. Yo me hacía el boludo como lo hace cualquiera que quiere escuchar algo y tiene que hacerse el desinteresado. Parece que el tipo (más tarde conocido como Javier) le decía a ella (eventualmente Mariana) que estaba muerto por ella. Nunca escuché una declaración tan honesta y complicada ya que me enteré luego que el tipo estaba casado y con dos hijos llamados Joaquín y Alberto.
Ese boliche tiene cada historia...cada vez que voy por una muzza y una cerveza escucho la triste realidad del ser humano, un problema atrás del otro, como lo que nos pasa. Hijos gay, hijos músicos, padres abandónicos, hijos de nadie, personas engañadas, estafadas, bohemios del siglo pasado, intelectuales sin argumentos, músicos frustrados, gente drogada, borrachos consuetudinarios, en fin...de todo.
Esta vez los escuché a ellos y parece que el tipo se le estaba declarando con todo el esfuerzo del mundo ya que parecía bastante tímido. Lo peor es que hasta ese momento Mariana no sabía que era ella misma el sujeto de su amor. Pensaba que él estaba hablando de alguien más. Estaba tan poco aceitado en declaraciones de amor que la mina no se había dado cuenta, o sí se dio cuenta pero la agarró por sorpresa.
El problema es que cuando Javier empezó a hablar de todo esto, esperaba algo en su mirada que dijera algo, que dijera que sabía de lo que él estaba hablando, que sabía que estaba hablando de ella. Él estaba seguro de que ella iba a reaccionar porque se seguían por Twitter y publicaban cosas sugerentes. Por ejemplo, el tweet de Mariana del sábado pasado "con la mirada me lo tiene que decir, lo espero el Lunes", seguido por el Tweet de Javier "Parece que en unos días van a pasar cosas importantes. Amo a alguien". A los 20 minutos ella publica “Siento que mi instinto me está guiando bien. Antes no le creía”. Él publica a los 10 minutos “Estamos en el mismo camino. Me la voy a jugar por vos”. Ella publica a los 5 minutos la escena de El Secreto de sus Ojos en la que Darín, después de 20 años, va a declarar su amor a Soledad Villamil, divina como siempre. Él publica enseguida la escena de Perdidos en Tokyo en la que Bill Murray besa a Scarlet y le dice ese gran secreto…
Javier no durmió durante el domingo ni pensó en otra cosa más que
en lo que iba a hacer el Lunes cuando fuera a la oficina a decirle a
Mariana…”Te Amo”. No. Muy jugado, no sabía si lo amaba. “Mirá, tenemos que hablar…”
Cuando pregunte de qué ya te va a dejar descolocado.
Ese Lunes a las 15 hs. Javier se acercó al escritorio de Mariana y
le dijo “Che, Mar, querés una Mentita? Ella dijo que no. Javier dijo “tenés un
segundo? Tengo que contarte sobre algo que me está pasando. Es grave a nivel
sentimental." Ella dijo “Pa!!, pará que ya salgo”. Javier salió y al minuto
salió Mariana. Luego del intercambio de tweets del fin de semana Javier estaba
envalentonado aunque no convencido del todo ya que los tweets estaban dirigidos
al público en general y no a él específicamente, por lo que no estaba 100%
seguro. El único indicio que tenía Javier era que ella se cagaba de risa de
todo lo que él decía. Nada más. Él, en base a sus 32 años de experiencia no
necesitaba más nada. Sabía que las mujeres que se reían de todo lo que él decía
era porque gustaban de él. Javier sabía que no era tan gracioso…De todas maneras
siempre dejaba un margen para esos casos en los que la mina festeja lo que dice
todo el mundo. Es decir, no se reía de lo que vos decías sino que se ríe porque
sabe que en ese momento corresponde una risa. Es raro pero puede pasar.
El único problema era que Javier ya estaba con alguien. Ya había encontrado a
su media naranja hacía 7 años. A los 24 se habían conocido con Martina, que
tenía un conejito llamado Gotye. Ya estaban recontra establecidos, juntos,
alquilando un apto en Palermo y aportando juntos al Banco Hipotecario.Casado y con dos hijos llamados Joaquín y Alberto
Mariana - Dañe, decime qué pasa
Javier - Me gustan dos mujeres.
Mariana - Cómo?
Javier - Que me gustan dos mujeres. Me gusta mi esposa y otra.
Mariana - Pero...cómo puede pasar? Si te gusta una no puede gustarte la otra.
Javier - Eso fue verdad hace dos años.
Mariana - Y estás seguro de lo que vas a hacer?
Javier - No, pero sé que tengo que hacer algo. Así no me puedo quedar. Me mantuve así hasta que ella empezó a tirarme más onda de la normal.
Bueno, la conversación siguió en la misma línea. Ella desentendida de lo que estaba pasando y Javier hablando de ella sin que se sintiese aludida. Fue decepcionante para Javier. Él estaba tan convencido que en cuanto le dijese que estaba enamorado de otra ella lo iba a mirar con esos ojos...esos ojos que dicen ¡Al fin! Pero no...nunca sucedió. Nunca sabremos si ella no entendió el mensaje, si entendió que él estaba hablando de otra, o si determinó en ese momento que no quería romper con algo bien establecido sacrificando sus propios sentimientos. Javier se quedó mal porque entiende que si una persona está enamorada no puede reprimir esas cosas, y como ella pudo, él entendió que se había equivocado.
Ella por su parte, estuvo varios meses sin Twittear...
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