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sábado, marzo 19, 2011

La Embarcación de los Titánicos


Esteban juntaba envoltorios de caramelos.
Estela coleccionaba bolsillos rotos.
Marcos juntaba cuentas de bares metropolitanos.
Luis recortaba números de los diarios.
María coleccionaba verdes trazos.
Mariela archivaba extractos de programas radiales donde se dice la palabra "amor".
Gustavo fotocopiaba todos los volantes de casas de masajes.
Winston quería recorrer todas las rutas del mundo.
Wanda buscaba el Santo Grial.
Xavier trabajaba para convertirse en vidente.
Andy coleccionaba tratados históricos.
Nicolás estudiaba poesía japonesa.
Margarita juntaba grapas.
Vicente quería encontrar a todos los Sanchez del mundo.
Antonio juntaba cargadores de todo dispositivo existente.
Gastón quería agujerear todas las hojas.
Cristina tenía anotados todos los nombres que conocía.
Marlon sabía de memoria el nombre de 1694 actores...alfabéticamente.
Eugenia coleccionaba marcas de CD´s.
El Vasco Olarra tenía registrados paso a paso una serie de trescientos veinte pasos de cumbia.

Todos ellos subieron a la embarcación cuyo capitán era el célebre empleado del Ministerio de Industria Burton Lopez.

Desde su partida del puerto de Palos detrás de Cristóbal, no hemos tenido noticias de ellos. La leyenda dice que luego de muertos fueron a un infierno cuya condena eterna era hablar constantemente con pausas de medio segundo. Nunca hablaron de sus colecciones, anotaciones, agujeros, encuentros, recortes, fotocopias...Solo hablaron de cuántas brasas encendidas podían haber en ese lugar.


viernes, marzo 11, 2011

Una decisión difícil


Hacia tiempo que lo venía meditando y la reciente subida del libro a formato pdf me obliga a tomar esta decisión. La decisión de saludar a una buena cantidad de post que partirán hacia la caché de una computadora gigante que almacena los miserables datos del mundo. Asi que adiós posts, siempre los extrañaré, y si los llego a extrañar mucho mucho intentaré leer mi libro. Chau, adiós, nos vemos, bye...

jueves, marzo 03, 2011

May Kasahara conversa con el Kiwi


(fragmento perdido de "Crónica del Pájaro que da Cuerda al Mundo")

MAY KASAHARA CONOCE AL KIWI
TEOREMA DE PITÁGORAS
PECHO SIN TETAS

May Kasahara acaba de llegar de Japón y es una joven en busca de nuevas aventuras. Está recorriendo el mundo con el dinero que pudo ahorrar en su trabajo en la fábrica de pelucas. Estuvo muchos años trabajando allí y luego de intercambiar ideas con el señor Okada decidió viajar a Uruguay. El señor Okada le dijo que era el país mas decente de sudamérica en base a lo que veía en el noticiero. En realidad le dijo eso porque Uruguay era el país del que menos noticias tenía, por eso pensó que podía ser seguro para May Kasahara. Al tercer dia de haber llegado, confiaba en el pequeño pueblo e iba para arriba y para abajo con mucha seguridad. Yendo por Av. Italia a la altura del Hospital de Clínicas, tomó hacia la iquierda y caminó tres cuadras hasta llegar a una plaza. Eran las seis de la tarde y May Kasahara estaba terminando su recorrido exploratorio del dia, pensando que después de quedarse un rato en la plaza volvería al hostel donde se alojaba. Antes de volver al hostel, vió a un tipo recostado sobre un arbol. A medida que se acercaba fue vislumbrando un pelo corto y castaño ("perfecto para una peluca de veterano", pensó), ojos ocultos en lentes de sol, mochila pequeña, aires reflexivos...Decidió ir a practicar su buen español con él:

-Hola, como estás? Soy May Kasahara.
-Hola May Kasahara, soy Kiwi.
-Jaja, te llamas como una fruta.
-Es verdad, en realidad me llamo **** pero me dicen como la fruta y me acostumbré.
-Es gracioso.
-Si, lo es. Y tú, May Kasahara, tu español es muy bueno. De donde eres?
-De Japón. Estoy viajando por este bello planeta.
-Y cómo lo has logrado? Acaso eres rica o algo asi?
-No, que crees. He trabajado por cinco años en una fábrica de pelucas para estar hoy aqui.
-Pelucas?
-Si, pelucas. Poniendo pelos uno al lado de otro y todo eso.
-Si, me imaginé algo asi. Oye May Kasahara, cuantos años tienes? Pareces muy pequeña para estar sola en este pais remoto.
-Tengo 22 años.
-Oh, parecías mas pequeña.
-Lo sé. Es porque has visto mi pecho y no ves tetas. Es que nunca he tenido. Siempre las esperé pero nunca llegaron.
-Ya que lo dices, creo que tienes razón. Me he basado en tu pecho para adivinar tu edad. No he querido mirar intencionalmente, sabes...
-Está bien Kiwi. Aqui y en Japón son todos iguales. Siempre miran en orden: Tetas, culo y boca. Es tan exacto como el teorema de Pitágoras.
-Lo crees?
-Como el teorema de Pitagoras.
-Bueno, para mi no es en ese orden, pero no voy a discutir eso con una chica.
-Oye, no me discrimines.
-Está bien. Solo creo que no me parece apropiado, además deberías sentirte bien por no estar de acuerdo ya que te estaría diciendo que las tetas no es lo primero que miro y siendo que tú, como dices, no tienes tetas, pues tienes mas posibilidades si me tomas como un hombre estándar.
-No creo que seas un hombre estándar, pero tienes razón. Y tu, que hacés aqui recostado? Acaso no trabajas?
-Si, trabajo. Estoy en un descanso entre un trabajo y otro.
-Que haces?
-Soy Lifecoach.
-Que demonios es eso?
-Es como dar clases de vivir.
-No entiendo Kiwi.
-Es como si sintieras que tu vida no vale nada, o que no estás aprovechando todo lo que una vida te puede ofrecer, entonces me contratas.
-Pero hay mucha gente que se siente asi. Debes tener demasiado trabajo como para estar recostado en este arbol.
-Hay mucha gente que nos necesita, pero yo solo trabajo con algunas personas muy ricas. No necesito estar trabajando todo el dia como todo el mundo. Puedo dedicarme a estar recostado en un arbol cada tanto.
-Y no te vuelves loco sabiendo que hay tanta gente buscando personas como tú? Podrías tener mucho dinero.
-Pero no tendría tiempo para gastarlo. De que me sirve entonces?
-Puedes dejárselo a tus hijos algún dia.
-Si me pasara trabajando todo el tiempo gastaría una fortuna en un tipo como yo que me ayude.
-Como un circulo vicioso.
-Si.
-Oye, esta conversación se ha vuelto algo profunda. Hay algún bar donde podamos beber algo? Te gusta beber?
-Si, me gusta. Conozco un bar a unas cuadras de aquí.
-Bien, vamos?
-Vamos.