Esteban juntaba envoltorios de caramelos.
Estela coleccionaba bolsillos rotos.
Marcos juntaba cuentas de bares metropolitanos.
Luis recortaba números de los diarios.
María coleccionaba verdes trazos.
Mariela archivaba extractos de programas radiales donde se dice la palabra "amor".
Gustavo fotocopiaba todos los volantes de casas de masajes.
Winston quería recorrer todas las rutas del mundo.
Wanda buscaba el Santo Grial.
Xavier trabajaba para convertirse en vidente.
Andy coleccionaba tratados históricos.
Nicolás estudiaba poesía japonesa.
Margarita juntaba grapas.
Vicente quería encontrar a todos los Sanchez del mundo.
Antonio juntaba cargadores de todo dispositivo existente.
Gastón quería agujerear todas las hojas.
Cristina tenía anotados todos los nombres que conocía.
Marlon sabía de memoria el nombre de 1694 actores...alfabéticamente.
Eugenia coleccionaba marcas de CD´s.
El Vasco Olarra tenía registrados paso a paso una serie de trescientos veinte pasos de cumbia.
Todos ellos subieron a la embarcación cuyo capitán era el célebre empleado del Ministerio de Industria Burton Lopez.
Desde su partida del puerto de Palos detrás de Cristóbal, no hemos tenido noticias de ellos. La leyenda dice que luego de muertos fueron a un infierno cuya condena eterna era hablar constantemente con pausas de medio segundo. Nunca hablaron de sus colecciones, anotaciones, agujeros, encuentros, recortes, fotocopias...Solo hablaron de cuántas brasas encendidas podían haber en ese lugar.