¿EH?
El lunes a la noche estaba muerto. Me encontraba en ese estado sonmoliento que, según las cricunstancias, me pone idiota o de mal humor. Al llegar a casa, le conté a mi esposa que estaba cansado porque la noche anterior me había despertado cerca de las tres de la mañana, y luego no me pude volver a dormir hasta que sonó la alarma del celular. Cuando me preguntó qué me despertó, le respondí, "Paulo Coelho". Ante su "¿eh?", le comenté que había comenzado el mismo proceso que precede a una publicación en este blog: un recuerdo o una idea; otros recuerdos y otras ideas alrededor de la original; estructuración mental de recuerdos e ideas, desvelo. Cuando este proceso comienza en el día, en lugar de desvelarme, directamente me siento a escribir.
Paulo Coelho en 1973 |
Esta vez, lo que me hizo esperar un poco más de lo habitual fue, por un lado, la finalización de un apasionante proyecto audiovisual al que le dediqué muchas horas, y por otro, la decisión de mencionar a este escritor en una publicación y las posibles consecuencias que podía acarrear. En esta época de lecturas superficiales y disfuncionales hay que tener mucho cuidado al escribir sobre este personaje que genera tanta pasión como repulsión. De todas formas, pensar si escribir o no sobre este tema fue tiempo perdido porque una vez que comienza el proceso de fijación que describí anteriormente, es casi imposible no escribirlo.
MÁS DE UNA DÉCADA SIN NOTICIAS
Mi último contacto con un libro de Paulo Coelho fue hace doce años cuando empecé a leer "Once minutos", y lo dejé por la mitad. Ese fue el final de un viaje por el universo de este escritor que duró unos dos años. durante los cuales, leí ocho libros. Entre los dieciocho y los veinte años estuve pendiente de su obra; sumergido en ese mundo de mensajes alentadores, romances idílicos, y esa sensación de que tenés un amigo veterano que te aconseja sobre cómo vivir la vida de la mejor manera. Yo, con la clásica depresión adolescente, me sentía revitalizado al terminar cada libro.
No solo Paulo Coelho tiene su universo. Todo escritor construye un universo en cada obra. Sin embargo, yo me refiero a ese universo que se construye luego de una cierta cantidad de obras, en las que el autor va nombrando de a poco cada estrella. En el caso de George R.R. Martin: cada familia, cada reino, es una estrella; en el caso de, digamos, Charles Bukowski: las mujeres; los empleos que consigue, sus jefes y sus compañeros, el hipódromo. En Coelho: sus estrellas son frases motivacionales, por ejemplo, aquella que sostiene que si uno desea algo el universo conspirará para conseguirlo. Esta es una de las claves de su éxito. Se trata, a mi entender, de la conformación de un universo construido a base de postulados gestálticos (también clave del éxito de Jorge Bucay) y elementos mágicos que llenan un vacío filosófico y sentimental de al menos trescientos millones de personas (lectores).
PRIMER CONTACTO
Curiosamente, llegué a Paulo Coelho allá por el 2001, no por el "Alquimista" o "Diario de un Mago", sino a través de una larga entrevista que le hizo Juan Arias en 1999 y que se plasmó en el libro "Las confesiones del peregrino". En ese momento no había leído siquiera una frase una frase suya. No lo conocía. Me llevé el libro de la biblioteca porque leí la contratapa.
Así fue cómo conocí antes a la persona que al escritor. Supe de sus comienzos en el teatro; los dos números de la revista independiente que lo conectó con Raul Seixas, para quien escribió decenas de canciones, entre las que se encuentra "Sociedade Alternativa": canción cuyo estribillo conocí a través de la banda uruguaya La Tabaré Riverock Banda.
De esta manera me enteré que Paulo Coelho se hizo rico mucho antes de escribir su primer best-seller, "Brida", que desencadenó un efecto retroactivo y despegó sus obras anteriores entre las que se encontraba "El alquimista".
Recuerdo también de esa larga entrevista, su testimonio de lo que fue la dictadura brasileña y su secuestro y tortura por parte de un grupo de paramilitares. Lo más fuerte que tengo presente de ese testimonio fue que, la novia que tenía en ese momento, quien también fue secuestrada junto a él, al salir del cautiverio, le pidió que nunca más la llamara por su nombre.
También tuvo un largo período de adicción a la merca; experiencias con la magia negra; tres internaciones psiquiátricas con terapia de electroshock, y no recuerdo qué más. Todo eso me generó curiosidad, empecé a leer sus libros y me fascinó.
SECUELAS
Pasada más de una década de esta inmersión, y muchísima literatura mediante, de las afirmaciones
que se hacen habitualmente, acompaño las siguientes: los textos son de sintaxis simple, lo cuál no hace a los textos ricos desde lo literario, y que la categoría de autoayuda me parece adecuada. De todas maneras, vale destacar que desde 2002 es miembro de la Academia Brasileira de Letras así que no todos pensamos lo mismo sobre sus textos.
Leyendo mis primeros escritos, que no están muy alejados de esa época, tal vez lo que se me pegó de su estilo fue el de una fuerte presencia del narrador, como un tercero que opina y reflexiona sobre lo que sucede en la trama. Eso lo fui eliminando con los años. ¿A quién le importa lo que piensa el escritor? ¿A quíén le ganaste?
¿QUÉ INTENTO CON ESTE POST?
No estoy seguro, pero creo que un motivo por el que quise escribir un poco sobre Paulo Coelho es que, con el paso del tiempo, han surgido críticos suyos en las redes sociales, que no lo son porque leyeron alguno de sus libros y concluyen hoy que no es buena literatura, sino que se basan en los memes boludos, o en esa lamentable costumbre que es la de criticar por moda, para encajar, porque mi amigo lo critica: la sed de sofisticación.
Yo me pasé un poquito y leí ocho libros suyos, pero al menos me siento con propiedad para aconsejarle a alguien que no es necesario incursionar en su mundo, a menos que seas un adolescente deprimido; una persona depresiva en general (mejor un libro de Bucay si no tenés plata para terapia); una persona harto romántica que cree en el amor a primera vista, el poder de la atracción, el esoterismo en general. Ahora, si tenés curiosidad, y querés putearlo con propiedad lee "Veronika decide morir" que, de lo que leí, creo que es su mejor libro, o el menos peor, como quieras llamarlo.
Lo otro que percibo es que muchas veces se critica a la persona Paulo Coelho, y eso es lo que no entiendo. Tal vez no haya investigado lo suficiente y el tipo en realidad no tiene escrúpulos y es despiadado, malvado, pero me parece que no es para tanto. No lo veo como alguien que perjudique al mundo. Es decir, hay muchas otras personas con auténticas credenciales para ser el foco del odio de millones.
Lamento ser testigo de cómo el insulto, el cinismo, y el sarcasmo se utilizan como demostraciones de inteligencia y sofisticación, como hace décadas lo era fumar. Creo que nuestro sistema educativo, dentro de todo aquello en lo que adolece, lo hace principalmente en educar para desarrollar seres socialmente inteligente, capaces de empatizar con el otro...con el mundo.
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