Ella pasa delante mío mientras el tema de Los Alamos toma ese ritmo lento e hipnótico. Cuando la veo de atrás mis expectativas se ven colmadas de inmediato. Sin embargo, atraído por una fuerza misteriosa y depravada, me levanto y comienzo a seguirla. No estaba tomando conciencia de lo que estaba haciendo: simplemente lo hice. Caminaba a unos diez metros de ella observando su aspecto de cantante garage combinado con algo de Selena, aquella cantante tropical asesinada por una fan.
Pasadas tres cuadras de seguimiento decido acercarme más e intentar algo porque la situación de mi cuerpo era incontenible. Me pedía a gritos que hiciera algo, que me la quedara como fuese. Mis órganos vibraban, en particular mi estómago que sonaba como cuando uno está nervioso, con hambre o se acerca el amor de su vida. No la podía dejar escapar, tenía que llevarme algo, por lo menos el cel.
Los Alamos no ayudaba en este momento. Necesitaba algo parecido al tema de Rocky para juntar valor y decirle algo. Mientras tanto la seguía y le miraba el culo fantaseando con tenerlo delante mío en un sommier king size a estrenar.
En un arrebato de coraje, furia y decisión, me acerco y le digo "Hola". Ella me ignora y sigue caminando. Yo la tomo por las caderas y le apoyo mi bulto con una proto-erección. Ella se asusta y comienza a gritar desesperadamente. Yo le digo "Esto es pasión..." y la abrazo con mucha fuerza mientras ella sigue gritando por policías y ayuda. Yo cierro los ojos y sigo disfrutando de ese apoyo tan terrenal.
Al abrir los ojos noto que sigo sentado en el muro de la UTU de Arroyo Seco atento porque a pocos metros venía otro camionazo. Esta vez una rubia veterana de esas 100-70-100 que me encantan. Ésta ilusión va a durar un poco más...