Continuando con el tema del anonimato, el disfraz es una gran herramienta para desarrollar ese estado que nos permite liberar nuestro inconsciente de la manera que necesitamos. Porque son pocos los que largan todo lo que tienen sin la necesidad de disfrazarse. A veces nos vestimos como payasos para poder hacer y decir cualquier cosa con la propia justificación estética. A veces nos disfrazamos de borrachos para lo mismo, con el problema de que en esos casos debe haber un cierto límite, porque podemos excavar demasiado profundo, y ahí sí que estás en el horno. Luego la amnesia te inmuniza pero solo hasta que otros te hacen recordar las caídas, las declaraciones tardías, los llantos sin fundamento racional, mas caídas, verdades (ver "Truth on the Rocks" de Bennedetti), zig zags ridículos, gestos patéticos, entre otras calamidades en su mayoría graciosas y perturbadoras. En el caso de quien escribe, es preferible el disfraz común y corriente. Un griego, un superhéroe, un animal, cualquier cosa. La del borracho no la sufro demasiado ya que mi alcoholismo ha llegado a un grado tal, que esté donde esté deben haber cantidades industriales de alcohol como para empezar a desarrollar mis peores cualidades. Eso me salva la vida porque casi nunca existe esa cantidad. Por eso a veces recurro al elevador exponencial de todo estado. La
mari. Ahí bueno...Cambia todo...Es algo que debo controlar con todo mi corazón de no andar en una noche donde abunde el alcohol. En ese caso están todos en problemas. ¿Por qué? Con esa mezcla puede haber una catástrofe. Cuando mis límites son rebasados sale una faceta que para mí no es muy agradable,
pero afortunadamente para algunas mujeres si. El sadismo y el salvajismo sexual (SSS). Aunque se manifiesta en un grado moderado, no deja de ser una cara oscura de mi persona y me hace pensar que estoy en el lugar equivocado. Lo otro es la amnesia y la pérdida del sentido de ubicación temporal. Olvido donde estoy. Eso realmente me asusta y me sorprende. Al día siguiente veo como algo gracioso lo que recuerdo pero no dejo de pensar que algún día puede ser peor. Y bueno...De ultima estoy acá escribiendo esto, así que no creo haber tocado fondo. Con cada nuevo acontecimiento aprendo a moderar mi estado y aprovechar mi anonimato al máximo.
Igual lo del SSS no es tantantan malo. Me quedo con eso antes que con la verdad a las rocas o las confesiones ultrasecretas. Por suerte las confesiones las puedo hacer sin disfraz. Cuesta trabajo aprender a hacerlo porque es obvio que es mucho más fácil el no decir nada y callarte hasta que te agarrás un buen pedo y largás toda la mierda, una tras otra, generando altas dosis de compasión y lástima, así como un "ojalá nunca me pase". !!Catarsis señores, catarsiiiis¡¡
